martes, 19 de junio de 2007

El cruce del río

Habia una vez dos monjes Zen que caminaban por el bosque de regreso al monasterio, cuando llegaron al pie del rio encontraron una mujer que lloraba en cuclillas, era joven y atractiva. "¿Que te ocurre joven?"-pregunto el mas anciano. "Mi madre se muere, esta al otro lado del rio y no puedo cruzarlo. Lo he intentando una y otra vez pero la corriente me arrastra y no puedo llegar sin ayuda, ahora que habeis llegado me podriais ayudar". -"Ojala pudieramos"-contesto el joven, pero la unica forma de ayudarte a cruzar es llevandote a los hombros, y nuestro voto de castidad nos prohibe todo contacto con el sexo opuesto, lo siento". "Yo tambien lo siento"- respondio la mujer, y comenzo a llorar. El monje más sabio, bajo la cabeza y le dijo sin mas: "Sube". La mujer no podia creerlo, y con rapidez tomo su hatillo de ropas y subio sobre el monje.

 Con mucha dificultad el anciano cruzo con la joven a horcajadas por lo ancho del rio. Cuando llegaron, la mujer casi sin aliento intento besar la mano del monje, éste le dijo: "Esta bien, esta bien, sigue tu camino", y regreso a su camino. Ambos monjes caminaron en silencio de vuelta, aun le quedaba mucho camino por recorrer. El monje joven por fin dijo: "Maestro, tu sabes mejor que yo sobre nuestro voto de abstinencia, no obstante llevaste a esa mujer sobre tus hombros a lo ancho de todo el rio, por favor, dame una explicacion"..

 

"Es verdad,  yo lleve a esa mujer a traves del rio, pero ¿que te pasa a ti, que todavia la cargas sobre tus hombros?"

 

 

-Jorge Bucay